El pasado 05 de mayo se estrenó en la plataforma HBO la primera serie mexicana que tiene como eje central el fútbol femenil, “Las Bravas FC”, un buen intento con claroscuros que, sin profundizar tanto, problematiza parte de los obstáculos que tienen que enfrentar las mujeres que juegan fútbol, en su vida personal y profesional.
De entrada, contemplar el fútbol femenil mexicano para producciones audiovisuales, ya es merecedor de aplausos; es una manera sutil de evidenciar el contexto adverso que enfrentan las mujeres que sueñan con conquistar las cimas más altas del fútbol profesional, y forjar liderazgos de mujeres deportistas.
En lo que se refiere a las mujeres que se dedican al fútbol, la serie va de más a menos, el primer capítulo está lleno de poderosos mensajes de amor propio, derriba creencias de que sólo las personas con cuerpos estereotipados pueden desempeñar actividades deportivas, además, refuerza las redes de apoyo entre mujeres. Sin embargo, a lo largo de la serie se van diluyendo hasta caer por completo en el cliché del equipo cenicienta.
La participación de la futbolista del Club América, Janelly Farías Rodríguez; quien además rompe con toda la estructura patriarcal al declararse lesbiana, y que constantemente visibiliza la misoginia que prevalece en el fútbol; pone el dedo en la llaga sobre una de las deudas históricas que tiene el futbol con las mujeres: considerar que éste es menos valioso, por ende, no le apuesta a su profesionalización.
Es demoledor ver en la pantalla a figuras de la Liga MX cuestionando actitudes machistas, misóginas, discriminatorias y violentas que no abonan a la igualdad entre mujeres y hombres futbolistas, tal como lo ha hecho Janelly Farías en la cancha y fuera de ella.
“Las Bravas FC” aborda temas importantes como la violencia digital a la que se enfrentan las mujeres que se dedican al deporte, que las convierte en blaco fácil de críticas por cuestiones que no siempre tienen que ver con su desempeño profesional, sino con sus cuerpos, o por no cumplir con los mandatos de género. Lo que las coloca constantemente al borde de abandonar sus sueños.
La violencia en el noviazgo; cómo influyen las masculinidades en el desarrollo personal y profesional de las mujeres; la importancia de contar con redes de apoyo fortalecidas; las probabilidades de convertirse en una estrella del fútbol no son iguales para las mujeres que para los hombres; y los bajos recursos económicos, son detonantes de sueños frustrados y se mencionan en la serie, sin problematizar a profundidad.
En “Las Bravas FC” hay áreas de oportunidad importantes. Si bien, realizar producciones audiovisuales con perspectiva de género que otorguen papeles protagónicos a las mujeres, que mencionen las desigualdades que hay entre ambos géneros, que construya una conciencia y sensibilización sobre las violencias que atraviesan a miles de mujeres, no es la solución para cerrar las brechas de desigualdad, sí coloca en la agenda temas que merecen ser mencionados y atendidos.