Nos toca abrir camino para las nuevas generaciones, destaca Paola Urbieta Villalobos
La creación de ligas profesionales de fútbol femenil a nivel mundial ha logrados que las niñas tengan referentes de mujeres en el deporte, y las han convertido en increíbles fuentes de inspiración. Desaprendiendo estereotipos de género adquiridos de manera natural y alimentado nuevas aspiraciones que las colocan como las protagonistas de la historia.
Sin embargo, ser niña y soñar con ser estrella de fútbol es una de las deudas en la profesionalización. Es necesario y urgente crear condiciones justas e igualitarias para las jugadoras, que les garanticen pleno desarrollo en el ámbito personal y profesional.
El arranque de la Liga MX Femenil, en 2016, fue un sueño hecho realidad para miles de niñas y jóvenes que habían soñado con dedicarse al fútbol profesional. La lista de retos para realizar el primer torneo era (y sigue siendo) larga, entre definir fechas y horarios atractivos para los partidos, destinar instalaciones para los entrenamientos y partidos, apoyos alimenticios y de transporte, buscar patrocinios y por supuesto, igualar salarios.
Paola Urbieta Villalobos, jugadora del Atlético de San Luis Femenil, reconoce la falta de mejores condiciones en el fútbol profesional que permea en todos los aspectos; sabe también la responsabilidad que hay sobre las futbolistas para lograr igualdad entre hombres y mujeres.
“Para las futuras generaciones es muy importante que siga el fútbol profesional, ahora nos toca a nosotras abrir camino para ellas y que en un futuro disfruten de mejores condiciones, más apoyos en todos los aspectos y un mejor salario para que puedan estudiar y seguir su sueño”.
En el marco del Día Internacional de la Niña es importante destacar las deudas históricas que los gobiernos tienen con la niñez, una de ellas es garantizar el acceso a la actividad física y el apoyo a las deportistas profesionales. Según las cifras más recientes del Inegi, el 43.8% de los hombres declaró realizar deporte o ejercicio físico en su tiempo libre, mientras que en las mujeres la proporción es de 34.4 puntos porcentuales.
Las niñas que realizan alguna actividad deportiva y que han logrado destacar de manera profesional, como Paola Urbieta, lo han hecho mayormente apoyadas por sus familiares y seres queridos, pues no existen los apoyos financieros suficientes, ni las condiciones igualitarias, para que puedan satisfacer todas las necesidades que demanda el deporte profesional.
“El fútbol para mí es un sueño cumplido en mi vida actual es algo que desde niña me motivaba para seguir luchando por esto y ahora que lo vivo agradezco a Dios por permitirme vivir este maravilloso sueño y con mi familia por todo el apoyo hasta ahora”.
Salarios en la Liga MX Femenil son 200 veces inferiores a los de los hombres
Información publicada en el Diario El Financiero, el mes pasado, detalló que el salario de una jugadora de primera división de la Liga MX Femenil, va de los 2 mil 500 a los 30 mil pesos, con un salario promedio de 3 mil 700 pesos. Caso contrario, el salario promedio de la liga varonil es aproximadamente de 750 mil pesos mensuales, es decir, más de 200 veces el salario promedio de la liga femenil.
Combatir la brecha salarial en el fútbol femenil, es sin duda uno de los retos que sigue vigente. La desigualdad en salarios, en muchos casos, limita a las jugadoras a alcanzar sus objetivos profesionales. Ellas requieren un ingreso mínimo que les garantice las condiciones básicas de vivienda, salud, transporte y alimentación, a fin de no orillarlas a buscar otras fuentes de ingreso.
“Creo que la falta de patrocinios en el fútbol afecta en mejores condiciones en cada uno de los equipos y las jugadoras. Hace falta formalizar los apoyos a los equipos femeniles de manera voluntaria, por gusto, y no por obligación”.
Desde niña, Paola Urbieta Villalobos soñó con jugar de manera profesional al fútbol. Debutó en la Liga MX Femenil en enero de 2019 en el equipo de Gallos Blancos de Querétaro, luego de pertenecer al equipo de Rayados de Monterrey en el 2018. En 2019 regresó a su natal San Luis Potosí para formar parte del histórico primer equipo de fútbol femenil profesional del Estado, el Atlético de San Luis.
Invitó a las niñas a seguir sus sueños a pesar de las circunstancias, pues al llegar a una edad adulta, es gratificante ver todo el esfuerzo que llevan a alcanzar las metas.
“Creo que lo más bonito de la niñez es la ilusión de cumplir cada uno de nuestros sueños y al crecer ver qué los cumples, es algo inexplicable”.