La Selección Nacional de México Femenil tuvo una desafortunada participación en el Premundial de Concacaf, perdió sus tres partidos de la fase de grupos ante Jamaica, Haití y Estados Unidos, con cinco goles en contra y ningún gol a favor, con lo que se despidió de sus posibilidades de clasificar al Mundial Femenil Australia-Nueva Zelanda 2023.
Esta derrota desencadenó una dura crítica a la Directora Técnica de la Selección, Mónica Vergara, sin embargo, la responsabilidad debería ser compartida a partir de la estructura del fútbol mexicano, que a pesar de que en los últimos cinco años ha tenido un crecimiento considerable, aún quedan muchas carencias básicas para alcanzar su profesionalización.
No es un secreto que hay equipos de la Liga Femenil que realizan viajes de 24 horas para disputar un partido, que llegan el mismo día del juego y se regresan terminando el encuentro, que no les prestan canchas ni estadios, no tienen un cuerpo técnico enfocado al cien por ciento para el equipo femenil, y sobretodo la disparidad salarial con la liga varonil, o que en algunos casos se adeudan a las jugadoras.
Tomando en consideración lo anterior, la responsabilidad del fracaso debe ser compartida, tal como lo reconoció la directora técnica de Rayadas, Eva Espejo, quien comentó que todas las personas que forman la Liga Femenil, son responsables de una u otra manera de los resultados del premundial de Concacaf.
Por lo que en conjunto, se tiene que seguir trabajando en las ligas inferiores, en construir un proyecto pensando en una selección que fortalezca generaciones de jugadoras y que puedan pensar no sólo en asistir a Mundiales y Juegos Olímpicos, sino desempeñar un gran papel en las competencias. El futbol femenil tiene que dejar de ser lo último en la lista, debe ganar protagonismo en todos los niveles, los resultados no se darán por arte de magia.