Por Wendy Jiménez | Publicado en Luchadoras
A nivel mundial, las mujeres que se dedican al fútbol se enfrentan a un contexto de profunda desigualdad con respecto a sus pares varones, sin importar que ellas cosechan más triunfos, las directivas de sus equipos no atienden su profesionalización, preparación, no les brindan servicios médicos adecuados, ni les garantizan condiciones salariales, esta realidad no es ajena al equipo femenil del Atlético de San Luis (ADSL).
Cuestionar dicha desigualdad pudo haberle costado el trabajo a Anyul Abud Flores, quien, hasta el pasado 30 de septiembre se despeñaba como la médico del equipo potosino y sin aparente razón enfocada al área médica, fue cesada del puesto.
Abud Flores fue estudiante destacada en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, y cuenta con amplia trayectoria en investigación local, nacional e internacional sobre innovación médica. Se integró al cuerpo médico del Atlético de San Luis Femenil desde la formación del equipo en mayo de 2019.
Asegura en entrevista que, durante su estancia en el Club, no recibió ninguna llamada de atención referente a su desempeño profesional y sí por cuestiones personales como: su vestimenta, su actividad en redes sociales y exigir condiciones igualitarias entre el equipo varonil y femenil.
Condiciones dignas, seguras e igualitarias de traslado
La primera primera vez que Abud cuestionó a la directiva sobre los tratos desiguales al equipo femenil, fue cuando las jugadoras viajaron a Ciudad Juárez, Chihuahua para disputar el partido de la Jornada 04 del Torneo Apertura 2019. Alegando cuestiones administrativas, les negaron boletos de avión para regresan a San Luis Potosí, y sólo les asignaron un autobús, lo que que implicó un viaje de más de 20 horas en carretera.
Al analizar las implicaciones médicas que conlleva realizar un viaje tan largo después del desgaste físico por el partido, la médico sugirió pagar una noche de hotel para que las futbolistas descansaran y así el riesgo de una lesión disminuyera, sin embargo la Directiva argumentó que no había recurso presupuestado para hospedaje extra y que la única opción que tenían era el viaje en carretera.
El problema principal empezó (cuando) quise obtener el mismo beneficio (que tienen los jugadores) de los regresos en avión y no por mi comodidad, sino por la de las niñas que sí jugaron, se pueden acalambrar, coagular una pierna o riesgos mayores. Parte de ser la médico del equipo no es sólo ver lo que pasa en el campo, es ver más allá”, señaló.
Restringido el uso del comedor y gimnasio
La prioridad del Atlético de San Luis, asegura, es el equipo varonil. El calendario de entrenamientos y uso de diferentes áreas en las instalaciones de La Presa por parte de los jugadores, marca el desarrollo de las actividades del equipo femenil.
Tal es el caso del gimnasio, hasta el pasado 30 de septiembre (cuando ella aún formaba parte del cuerpo médico del Club) sólo una vez se había permitido el uso de este espacio a las jugadoras, lo que deja inconcluso un entrenamiento que les permita estar en forma para las exigencias de su deporte.
Otra gran brecha entre ambos equipos es el servicio de comedor, mientras el equipo varonil puede acceder tres veces al día, a las mujeres sólo se les ofrece la hora de la comida, previo a un partido de local. “A los hombres sí les dan desayuno, comida y hasta cena, más el sueldazo que tienen. Las niñas no ganan ni la cuarta parte del sueldo, tampoco les están dado comida y les están exigiendo lo mismo que al equipo varonil”.
Las ganas de jugar sostienen a las jugadoras, no el salario
Si bien la especialista médico desconoce los tabuladores salariales del equipo varonil y femenil, sabe que el tema de la deficiencia económica es recurrente entre las jugadoras, quienes, de su bolsillo intentan cumplir con todos los compromisos del Club, como llevar un régimen alimenticio específico.
Las jugadoras foráneas son las que se ven con más dificultades, debido a que, aunado a las responsabilidades deportivas, tienen que solventar gastos de vivienda y alimentación, para el equipo juegan deportistas originarias de ciudades como Monterrey, Ciudad de México, Morelia y Monclova.
Ante dicha situación, Anyul Abud Flores consiguió patrocinio a través de la carniceria “La Blanquita”, para proveer de proteína a ocho jugadoras del equipo.De manera adicional, otras tres personas ajenas al equipo, realizan una colecta para comprar: frijoles, arroz, atún, aceite, entre otras cosas, esta despensa se reparte entre aquellas que tienen más dificultades económicas para cumplir con todos los compromisos que implica jugar en un equipo de primera división en México.
Lo anterior se suma a otras necesidades básicas que tienen que solventar las jugadoras, como revisión ginecológica y otros estudios que no incluye el servicio médico que les proporciona el Club.
Un ejemplo de cómo esta desatención merma la salud de las jugadoras, es el caso de Ivonne Santillán, quien en el partido contra Pumas en la jornada 12, se desvaneció debido a una complicación de glucosa. Desde su primera valoración tiene estudios médicos pendientes que no cubre el Club y que son necesarios para descartar padecimientos que pueden poner en riesgo su desempeño deportivo e incluso su vida.
Salarios en la Liga MX Femenil
De acuerdo a los resultados de la última Encuesta Global de Salarios Deportivos, realizada por la agencia Sporting Intelligence levantada en 2017, en promedio, el salario mensual de las futbolistas de la Liga MX Femenil, es de entre tres mil 400 y tres mil 500 pesos al mes, lo que colocó a la liga como la peor pagada a nivel mundial.
En el estudio se explica que la liga femenil tiene una percepción promedio anual de 2 mil 178 dólares, lo que representa una diferencia abismal respecto al salario de los varones. El mismo estudio detalló que los jugadores profesionales recibían en promedio 402 mil 566 dólares, es decir, alrededor de 7 millones 686 mil 192 pesos.
Salida del ADSL por cuestiones personales y no profesionales: Abud Flores
Además de los cuestionamientos a los directivos del área femenil por las malas condiciones en las que se desarrolla el equipo. Abud Flores aseguró que, a través de terceras personas, el director deportivo del ADSL, Jordi González López, le realizó un par de observaciones personales, referentes al uso de sus redes sociales, el uso de accesorios llamativos en el cabello y llamar la atención de la afición.
Asimismo, acusó al directivo de poner en duda su capacidad profesional en un grupo de WhatsApp en el que se encontraba gran parte del cuerpo técnico y médico de todas las subdivisiones del plantel, hecho que calificó como falta de ética.
Esto no tiene nada que ver con mi desempeño laboral, todos los procedimientos que realicé con las chicas se hicieron cumpliendo con las exigencias del Club, todo está documentado. Yo creo que esto es un tema más de machismo, porque yo quise pedir las mismas condiciones para las niñas… Yo creo que el problema fundamental, como se lo dije al doctor Emmanuel Díaz de León, (jefe del cuerpo médico del Club), es que el genital que yo tengo, es distinto al que esperan en ese club para tratarme como igual”.